Un largo puente de hierro, verde para no desentonar
con el paisaje, nos permite cruzar el verde azul Piave. El cartel letras
blancas mayúsculas sobre fondo naranja marrón anuncia QUERO. Yo le hubiera
intercalado una i para formar quiero, y no quería otra cosa que encontrar una
sombra refrescante a esa hora del mediodía. En realidad el cartel anuncia que
estamos en la comuna de Quero, pero no precisamente en el pueblo, nombrado
igual. Finalizado el cruce sobre el puente de hierro, se nos presenta una
encrucijada. La SP1bis, a la izquierda o a la derecha? Y como Roma es Roma,
mejor tomar ésta vía. Cambia el paisaje y tres letras negras se imponen
mientras pedaleamos por Roma. VAS. Voy, vamos, vas, y a VAS entramos empujados
por la brisa húmeda que escapa del Piave. Mientras subimos la “romana” cuesta,
se nos aparece a la derecha un edificio religioso con aires de estar
abandonado. El moho va invadiendo los muros, buscando altura, queriendo atrapar
el sol. Edificio de factura neoclásica que revela un pasado quizás un poco más
rico en una zona agrícola que hubo de sufrir invasiones, ocupaciones y la
destrucción que trae consigo el desacuerdo y las guerras. A la planta en cruz,
ligera cruz, además de abandonada, le han adosado dependencias, de su
concepción original queda la torre octogonal y sobre el tejado en alto, encima
de un pedestal, la virgen. La Virgen con el Niño. La piedra carcomida por el
moho, la virgen escudriñando el horizonte, alzado el brazo derecho que yo
interpreté como un grito de ¡sálvenme!, la Virgen callada, el brazo alzado
diciéndome, mírame, yo estoy aquí! ©VCAweg2012
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