Aunque atravesar Fener es cosa fácil, advierto una trama urbana agredida por el ensanche de las vías y la proliferación de rotondas. Un inmueble con factura de los años 40 del siglo pasado, me llama la atención, pero un cartel anunciándome que faltan 34 km para llegar a Treviso, me hace pedalear fuerte como si con ello avanzara en llegar a la próxima etapa. En la rotonda, tomamos la vía que recuerda a Dante Aliguieri, lo que nos permite entrar en el dédalo de viejas callejuelas. Pasamos frente a María Addolorata, una pequeña iglesia de nave única, y cuyo interior ve la luz gracias a la ventana trifora abierta en la fachada. Esta iglesia, originalmente neoclásica al momento de ser edificada en años tempranos del XIX, quedó destruida durante la primera guerra. Los feneresis la volvieron a levantar en 1929. El pequeño campanario es apenas visible desde la calle. ©VCAweg2012
lo he leido todo y estos pueblos son de mas vida y me sorpredio la ventana con San ROque bello
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