Moriago della Battaglia, cabecera de la comuna del mismo
nombre, es un pueblo pequeño que vive de la agricultura, y ésta, bendecida por
la fertilidad que le proporciona el Piave. El pueblo, lo mismo a pie que en
bicicleta, se visita a gusto. Es limpio y acogedor. Del Moriago de antes de la
guerra, quedan muros, vestigios, la historia. Al estar en pleno frente del
Piave, Moriago quedó prácticamente destruido. Aquel cruento 1918 fue decisivo,
cuando al final de octubre las tropas italianas atravesaron el Piave y frenaron
el avance de las tropas enemigas. Esa travesía, que se le conoce como “isla de
los muertos” sentó las bases para la batalla del solsticio, y que dio la
victoria a los italianos. Moriago fue teatro de la batalla, y su población
sufrió el éxodo, la evacuación, el hambre, la muerte y la desolación. En las
tres vueltas que con placer y curiosidad dimos por Moriago, los muros
transpiran historia, y nos enseñan que solo el valor y el sacrificio son el
componente moral para lograr objetivos libertarios. ©VCAweg2012
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