jeudi 20 septembre 2012

Mestre (llegada e instalación)

Cuando logramos avanzar al interior de una densa trama urbana, y a una hora tumultuosa de la tarde, apareció el cartel que anuncia Mestre faltando doce minutos para las seis en punto. No voy a detallar el dilema de encontrar alojo. Disciplinadamente anduvimos aquellos establecimientos que nos sugiere la guía, y otros que nos topamos en el camino y en los cuales preguntamos tentando la suerte. En la vía Sernaglia, Roberta, anunciadora en el balcón balaustrado del primer nivel, nos hizo seña, que tenía una doble disponible. Pensé que era broma de Roberta, mostrándome sus tres estrellas y el precio de la habitación,  y me pellizqué cuando una vez hecho el trámite en la recepción, dejamos las bicicletas en el patio del hotel. La Gitane y la Gazelle se miraron al tropezar los manubrios. Yo respiré profundo. ©VCAweg2012

Favaro Veneto

Al Convento esta situada en la vía Cà Colombara, y por ella enfilamos raudos para alcanzar Favaro. Al llegar a Favaro Veneto, hicimos entrada en la comuna de Venecia. Favaro está situado en el extremo oriental de la aglomeración. Vuelvo a ver un águila, casi al alzar el vuelo, sobre el monumento erigido por la ciudad a los caídos en la guerra. Un moderno tranvía nos corta el paso, esperamos que parta y cruzamos al Ducale. Hotel también completo. Hay un fallo en la logística, y rezongo y gruño. La proximidad de la Serenissima, hace que buena cantidad de turistas busquen alojo en la parte continental, de hecho, más económico que hospedarse en la mismísima Venecia. Y no tanto tampoco. La cercanía de Mestre nos llenó de optimismo en este final de etapa. ©VCAweg2012

De Altino a Dese

La vía San Eliodoro va paralela al Canal Siloncello, y por ella alcanzamos Trepalade, un oasis natural donde se enredan el río, las reservas, con ese vaho a humedad que proporciona el Sile. Volvimos a Quarto D’Altino, como paso obligado para seguir el pedaleo a Mestre. Atravesamos Le Crete, después Marcon y San Liberale. Aparece Zuccarello, y seguido Dese, un laberinto de caseríos que viven de la tierra y del agroturismo. En el camino nos tropezamos Al Convento, una granja convertida en “locanda” y a la que tocamos a la puerta para pasar la noche. Completa. No perdimos nada, sabiendo que es a Mestre donde inicialmente acordamos pernoctar. ©VCAweg2012 

Dese

Altinum / Altino

Zona de búsqueda arqueológica, pueden admirarse los vestigios de las rutas y de edificaciones. El museo (Museo Arqueológico Nacional d’Altino) creado en 1960 es una joya, y su edificio fue concebido por el arquitecto Ferdinando Forlati. Colindante al museo, la iglesia San Eliodoro y el pórtico. En una explanada verde del complejo, una columna recuerda a los caídos, cosa que no me esperaba en un confeti de caserío como Altino. San Eliodoro fue un asceta y obispo, que la iglesia católica venera como santo. Descubrir Altinum, trece días después de haber dejado la otrora Augusta Vindelicorum (Augsburg – Baviera) fue el término del segundo itinerario cultural (el primero fue el Camino a Santiago de Compostela) que a golpe de pedal nos ha mostrado naturaleza, pueblos, ciudades, gentes diversas, lenguas, y personalmente, la riqueza arquitectónica a lo largo del camino, los caminos, los senderos, las rutas y carreteras. ©VCAweg2012 

En busca de Altino / Altinum


Terminada la pausa que nos permitió descubrir el sorprendente campanario de Quarto D’Altino, le dedicamos una pausa al mapa. Desde un cierto punto del pueblo, la verdadera calzada romana lleva a Altino, que naciera como castrum Altinum. Y es Altino, nuestro legendario destino y final de la Claudia Augusta, aunque no el final de este pedaleo que tiene su término en Venecia. Encontrado el comienzo de la vía del otro lado de la línea ferroviaria Venecia-Trieste, comenzamos a pedalear como dos romanos vestidos de ciclistas. Después de las últimas viviendas que bordean la calzada, aparecen infinitos campos de cultivo agradecidos de estar en tierras irrigadas por el Sile y también por otros cursos de agua que serpentean en busca de la laguna. La calzada finaliza en un rancho a vocación de centro ecuestre. Tomamos un sendero a la derecha y comienza pedaleo entre sembrados que nos empujan hasta los bordes del Zero, otro arroyo del rico mundo hidrográfico de la región. Se une el Zero y el Dese, y bordeamos el Canal di Santa María. El itinerario, al término de la Claudia Augusta, no ha sido otro que la vía Annia, que también hizo parte de la infraestructura vial del imperio romano. Pisamos Altino, y en buena medida, respiramos. ©VCAweg2012 

Quarto D’Altino (Citta’ Archelogica)

El Sile separa Musestre de Quarto D’Altino, que es pueblo y comuna. Hasta principios del siglo XX, los dos caseríos se comunicaban usando un ferry entre los dos embarcaderos. Luego fue construido un puente de hierro que aumentó los estrechos lazos entre las dos localidades, cada una perteneciendo a una comuna diferente. La vía Príncipe nos sacó de Musestre y atravesamos el puente de hierro sobre el Sile. Vieja historia la de Quarto D’Altino, ligada a la antigua villa romana de Altinum, que estuviera situada al sur de la actual aglomeración urbana. Visible desde Musestre, como un rascacielos lleno de ventanas, se nos presentó la torre enladrillada de San Michele Arcangelo. Mirándola a sus pies en la piazza San Michele, la torre es un gigante de ladrillos con sus cuarenta y dos ventanas arqueadas. También de estilo neoclásico, la iglesia fue terminada en 1905. La fachada llama la atención por el contraste rojo de los ladrillos y los capiteles de las pilastras y las molduras del frontispicio en oro viejo. Una sola nave, con un altar aislado y un gran presbiterio.  El campanario necesitó once años de trabajos para su terminación en 1956, y dos años más tarde fue coronado con una estatua de San Michele, concebida por el escultor Giuseppe Romanelli y ejecutada por Simon Benetton. ©VCAweg2012 

Musestre (Comune di Roncade)


Un cartel anuncia Citta’ di Roncade, y por los colores, anuncia el comienzo de la comuna. Se siente la humedad que transpira la tierra, el Sile serpenteando los campos. En una vuelta del río, el ecosistema es rico por la humedad. Pegado al Borgo Cà dei Sospiri, la reserva protegida deja ver todos los verdes capaces de imaginar. Por la vía Treponti cruzamos un curso de agua, el Musestre, que también así se llama este pueblito de la comuna di Roncade. A la izquierda, la carretera provincial 112; a la derecha, la vía Everardo nos entra a este pueblo que fuera la más vieja colonia romana de la región, al exterior d’Altinum. Importante zona comercial, Musestre estaba atravesada por la vía Claudia Augusta Altinate que llevaba hacia las zonas transalpinas  conquistadas (de donde venimos hace días pedaleando) y otra calzada romana, que llevaba a Padua. Hermosa perspectiva del pueblo entrando por Everardo, que nos muestra la torre campanario de Sant’Ulderico, iglesia que fuera construida sobre el talud de la calzada romana. La fachada de la iglesia, da al riachuelo Musestre, que justo allí vierte sus aguas en el Sile. La actual iglesia, de estilo neoclásico, fue reconstruida en el siglo XVIII, aprovechando la mampostería del anterior edificio. ©VCAweg2012 

Casale sul Sile (cambia el itinerario)

Donde termina Canton, comienza la comuna de Casale sul Sile, la vía Belvedere bordeando el río y luego cruzándolo hasta internarse en el pueblo. Un momento de vacilación nos hace revisar el itinerario. No atravesaremos Casale sul Sile. Tomamos un camino a la izquierda, Carlo Gardan, camino rural sobre terrenos arenosos, pero siempre laborados, tocados por pequeñas granjas que se dedican al agro-turismo. En una ancha curva, el camino se convierte en vía Treponti. ©VCAweg2012

Sant’Elena y Canton (comune di Silea)

La vía Sant’Elena es la antigua calzada romana, ahora santificada. Atravesamos el pueblito que se diferencia poco de Canton, el último de la comune di Silea por este eje vial. Una carretera triste, campos que fueron maizales, casas y pequeñas granjas. Sant’Elena nos saluda cuando pasamos delante del capitello  situado en una bifurcación de caminos. Caminos inventariados como “marca storica”, por la presencia de la vía Claudia Augusta. Habría que entrar al corazón del pueblo para ver el grandioso campanario construido en 1547, y tres siglos más tarde, en 1891, la elevación de su flecha. Noble nombre para una iglesia: Sant’Elena Emperatriz, consagrada a la santa desde el siglo XI. ©VCAweg2012