Sant’Ambrogio di Fiera es un barrio (o frazione) periurbano de Treviso, en buena parte bañado y aireado por el Sile. Después del monumento a los muertos, nos dirigimos a la iglesia, felizmente abierta para deshojar toda la curiosidad por este santo católico que no conocía. Fachada neoclásica sencilla pero armoniosa, con tres paños entre las cuatro pilastras, y en cada paño, un nicho alojando una escultura. La cornisa con ornamentos a relieve y tres ojos de buey, sostiene al triangular frontispicio con su enorme ojo de buey en el centro. Barroca en su interior, la nave es rectangular con un profundo presbiterio, de inspiración clásica con gusto barroco, ambos bien equilibrados. Esculturas en mármol blanco, balaustradas en mármol rojo de Verona, capiteles iónicos en lo alto de las pilastras. Dos grandes lienzos de Diziani atrajeron mi atención, La aclamación del obispo de Sant’Ambrogio y El bautizo de San Agostino. El campanario a arcadas, está coronado por un tambor octogonal que sirve de base al domo barroco acebollado. Otro santo más en el inventario de santos católicos, me dije, no me arrepiento de haber entrado y descubierto tanto arte y cultura en una pequeña iglesia de barrio, que estuviera confiada a los Caballeros de la Orden de Malta, cuyos religiosos asistían material y espiritualmente a aquellos que pasaban en dirección de la Tierra Santa. ©VCAweg2012
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