jeudi 20 septembre 2012

Sor Mariana (Sant’Ambrogio di Fiera)

Todavía pedaleábamos por la calle que bordea al Sile cuando divisé un anciano a la altura del N° 103 de la vía. Pensé en mi padre, y me pareció verlo. En nada se parecían, salvo en el toc toc del bastón anunciando cada nuevo paso. Un muro desconchado y con grafitis pintados. Del lado del muro, viniendo hacia nosotros, Sor Mariana. Me detuve en seco, la saludé, y le pregunté, de dónde venían esos cánticos, que se confundían con el paso de una barca por el Sile. Es el coro de las hermanas del convento, al lado de Sant’Ambrogio. Sor Mariana, de blanco inmaculado vestida, gafas de sol y marcha cadenciosa, siguió su camino contrario al nuestro. Este Sant’Ambrogio me hizo bascular y perderme en un meollo de calles que me llevaron a las puertas de la iglesia. En un descampado detrás del ábside de la iglesia, un monumento, aquel que recuerda a los caídos en tiempos de guerra. La estela que los recuerda, vigilada por un ángel, está situada al interior de una construcción de marcado estilo neoclásico, y cuyas cuatro columnas sostienen un techo abovedado con una cúpula como cubierta y pináculos en cada esquina. La construcción debe datar de la posguerra, y antes del segundo conflicto. ©VCAweg2012 

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