jeudi 20 septembre 2012

Mestre (llegada e instalación)

Cuando logramos avanzar al interior de una densa trama urbana, y a una hora tumultuosa de la tarde, apareció el cartel que anuncia Mestre faltando doce minutos para las seis en punto. No voy a detallar el dilema de encontrar alojo. Disciplinadamente anduvimos aquellos establecimientos que nos sugiere la guía, y otros que nos topamos en el camino y en los cuales preguntamos tentando la suerte. En la vía Sernaglia, Roberta, anunciadora en el balcón balaustrado del primer nivel, nos hizo seña, que tenía una doble disponible. Pensé que era broma de Roberta, mostrándome sus tres estrellas y el precio de la habitación,  y me pellizqué cuando una vez hecho el trámite en la recepción, dejamos las bicicletas en el patio del hotel. La Gitane y la Gazelle se miraron al tropezar los manubrios. Yo respiré profundo. ©VCAweg2012

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