Vamos dejando Feltre y saboreando éste “départ”
diferente a otros comienzos de etapa, que ciframos como la oncena. A nuestra
espalda, Feltre como telón de fondo, y como telón de fondo de la interesante
ciudad, el macizo montañoso con una nube como corona. Hace un tiempo excelente
para pedalear sin prisa y con prisa. El término de una etapa se respeta, porque
hace parte de una organización previa, preparada con meses de avance. Fuera de
la urbe aparecen pequeños núcleos urbanos a un lado y otro de los viejos
caminos que llevaban del campo al burgo, hoy convertidos en calles periurbanas.
Donde comienza la vía Cumano nos recibe un altar consagrado a la Virgen con el
Niño, pintados al interior del nicho y en su base tiestos con geranios y otras
flores. El altar está adosado a un muro y se yergue sobre él. El nicho está
protegido por un techo alado cubierto de tejas. Cumano es una cuesta que nos
lleva a la ruralidad que envuelve a Feltre, y que se escurre entre sembrados,
terrenos yermos y los montes guardianes. De Cumano a Troiol, buscamos la flecha
verde con el logo de la calzada, la VCA
está indicada siguiendo la vía Cavour. Pasamos frente al cementerio militar
alemán, un rectángulo verde donde reposan los caídos del bando germánico
durante la guerra del 1914 al 18. Sobre el verde bañado del rocío matinal, unas
doscientas gruesas cruces vestidas de musgo y soledad. ©VCAweg2012
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