lundi 17 septembre 2012

Antonella



La primera vuelta, después de la ducha y un corto reposo, tenía su límite hasta las 20h30. Historia de volver para la hora de la cena. La vuelta me llevó a la piazza della vittoria, allí donde se unen Roma y San Rocco,  dos vías centrales del pueblo. No es plaza de discursos interminables, es plaza que marca un hecho, lugar de encuentros, y sitio administrativo, porque allí se levanta el ayuntamiento o municipio. En el siglo XII existió un convento del que poco se conserva, pero es reconocible la antigua torre románica, época de dominación de los francos que implantaron la orden de Saint-Léonard de Limoges. La parroquia fue instalada allí en 1569, y desde entonces ha existido a pesar de los golpes de la guerra y las renovaciones. El hambre no tardó en reclamar un poco de atención. Cena nada aburrida, amenizada por una locuaz Antonella, que compartió mesa con nosotros. La risa ronca y larga de Antonella, habitual del restaurante de Santina, sellaba cada una de sus intervenciones, rasgando el silencio de la noche moriaghesi. ©VCAweg2012

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