Felizmente volví a la realidad de colores a uno y
otro lado de Per Belluno, que termina donde se levanta la iglesia de San
Antonio de Padua. Hemos dejado la comuna Cismon del Grappa para internarnos en
la de Arsiè. La iglesia, construida a principios de sXVIII, es de casi idéntica
factura arquitectónica que la de San Bartolomeo en Primolano. En esta, de San
Antonio, la torre está emplazada a la derecha con arcadas más simples donde se
sitúan las campanas, con otro nivel de factura octogonal con cuatro ventanas justo
antes de erguirse la cúpula puntiaguda. La fachada neoclásica, deja ver las
cuatro columnas entregadas, lisas y salientes ligeramente del muro, sosteniendo
el frontispicio triangular dotado de un ojo de buey con vitral. Dos hornacinas,
cada una flanqueada por dos de las susodichas columnas, están ocupadas por sendas
estatuas que simbolizan la fidelidad (Fides, diosa de la buena fe) y la
esperanza (Spes, diosa de la Esperanza). Al estar cerrado el templo, no tuve la
posiblidad de apreciar un óleo con San Roque curando a los enfermos de la
peste. ©VCAweg2012
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