Casi convertidos en expertos militares dejamos el
sitio defensivo. Mientras pedaleaba, volví la vista atrás varias veces, en esa
obsesión enfermiza de querer ver en blanco y negro la historia pasada. Todavía
rodábamos por Per Belluno cuando escuché voces viniendo del fuerte, y el
crepitar de cañones y el paso de una caballeriza. Oscureció detrás de los
montes y el blanco y negro remplazó los verdes diseminados por los parajes. Y
vi pasar delante de la fortaleza una tropa imperial. Callaron los cañones, relincharon
al unísono todos los caballos, y desapareció la vieja placa metálica convertida
en daguerrotipo. ©VCAweg2012
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