A la
altura de Barco, un caserio de la comuna, penetramos en una zona agrícola
dedicada al maíz. La torre campanario y la aguja de la iglesia de San Tadeo
emergen de entre los techos bajos del caserío. Detrás de Barco, al sur, la zona
de los Altipiani, con el Pizzo di Levico, el Pegolara y el Mandiolo dominando
el entorno. En el cielo planea el parapente y de pronto desciende y cae en un
campo de maíz. Siento la humedad que expande el Brenta serpenteando por estos
parajes. De cuando en cuando, en las márgenes del Brenta, pescadores lanzan la
vara para pescar una trucha, por amor al arte de pescar, y enseguida lanzan la
trucha pescada al agua. Puro entretenimiento. El valle está compuesto por
localidades agrícolas, las zonas de cultivo se sitúan a uno y otro lado del
Brenta. Las poblaciones de Campiello, Novaledo y Margoni están al norte de la
SS47. Grandes extensiones de tierras cultivadas desaparecen debajo de
invernaderos blancos. Como montones de orugas esperando la orden de atacar. El
valle es otro planeta, balbuceé. Pasamos Marter sin quitar la pista ciclable. A
nuestra izquierda, Roncegno. En la lejanía, por su posición en la ciudad, la
iglesia de los Santos Pedro y Pablo, edificada en el siglo XV. ©VCAweg2012
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