dimanche 16 septembre 2012

Fonzaso


Seguir la ruta significa volver a cruzar el torrente Cismon, el término torrente de hecho da miedo, por aquello de torrencial cuando nos referimos a un aguacero gordo y sin fin. Sin embargo, todos los torrentes que hemos cruzado, bordeados o evitados parecen riachuelos inofensivos, pedregosos y de poco lecho. El Cismon es límpido y pueden verse las piedras del fondo y las plantas acuáticas despeinadas por la tímida corriente. En muchos tramos, el cauce casi seco, forma arenales e ilusorias playas donde campan bañistas. Miedo sólo hay que tenerle a un torrente cuando hay crecidas, porque arrastra toda la furia acumulada en tiempos de seca. Entramos a Fonzaso por la carretera donde está emplazado el cementerio. El pórtico de hierro estaba abierto, y al fondo está situado el edificio que reúne administración, nichos y capilla religiosa. La fachada con frontispicio en semicírculo armoniza con sendas alas portaladas y amplias aberturas en arco. Adosados a los muros, panteones y lápidas. Pedaleando por la vía Zucco fuimos directamente al centro de Fonzaso. En la plaza Colao, el edificio del Municipio y detrás la iglesia parroquial de la Natividad Feliz de María. Como poco habitual, la iglesia estaba abierta, así que decidimos echar una ojeada a su patrimonio interior. Dos magníficos retablos del siglo XVII, uno representando la Lamentación y el otro la Anunciación. Dos santos desconocidos, San Vittore y San Corona, esculpidos por el italiano Francesco Terilli, también en el siglo 17. El edificio original, datando del s.XIII fue destruido por un incendio en 1581, y el actual fue levantado en 1610. Su estilo neoclásico lo adquirió con la última restauración a principios del siglo XX. Esbelta torre también neoclásica, con un detalle, la cornisa en el nivel que precede al campanario y los balaustres que dan un aire de balcón a las ocho ventanas donde se sitúan las campanas. En la base de la torre, una placa recuerda el primer conflicto mundial y su repercusión en Fonzaso, cuando los alemanes desmontaron los bronces sagrados para fabricar armas. Ah, la expoliación, la guerra, las guerras, que nunca cesan en este mundo…©VCAweg2012

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire