Después de un suculento desayuno, y
valga decir que ni alemanes ni austriacos son mezquinos en la colación matinal
que ofrecen a sus huéspedes-, dejamos el calentito gäztezimmer por el camino
vecinal que nos hace pasar por Biberwier. Caserío a la salida de Lermoos y a
poco más de medio camino para llegar a Fernpass, que se nos revelaba como un
paso importante en nuestro pedalear. En Biberwier, -etapa en el camino cultural
europeo a Saint-Jacques, teníamos una opción confortable de pasar por alto el
Fernpass y Ferstein. La Bike Shuttle nos permitía un ahorro de esfuerzo en el
pedaleo, transportándonos las bicicletas en un utilitario-remolque y a nosotros
en un autobús panorámico, desde Biberweir hasta Nassereith, pero aquello nos
parecía una traición a la Vía Claudia Augusta. La Gazelle y la Gitane estaban
con nosotros para disfrutar juntos el paisaje alpino. Así de decididos
continuamos el pedaleo buscando altura por la Fernpasstraße, y en esa
búsqueda, a la salida de Biberwier, nos tropezamos con otro Cristo crucificado,
-Mon dieu, pauvre Cristo- pensé para mis adentros, tanto bregar para terminar
así, semidesnudo y desamparado!. ©VCAweg2012
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