mardi 18 septembre 2012

De Spresiano a Lovadina

 

Al lado de la parroquial, en la vía Nazionale haciendo esquina con San Domenico se alza un inmueble interesante por su factura, y sobre todo por las dos columnas centrales que sostienen el frontispicio, centralizado entre estas dos columnas. Otras dos pilastras se incorporan al sostén del friso alargado, pero trabajadas con los mismos materiales que componen al edificio. Por los murales informativos (que no anunciaban alguna cosa relativa al pueblo) pensé en un inmueble de la administración, pero del pueblo en sí, pues la sede del municipio está en la calle Dante Alighieri. El poeta y escritor florentino, aunque de él ni el polvo quede, debe estar orgulloso de ver por toda Italia, calles con su nombre. En efecto, estábamos pedaleando en la calle que honra al padre de la lengua italiana. Una calle reconstruida después de la primera guerra y donde se levantan hermosos ejemplos de la arquitectura de los pueblos que hubo, más que reconstruir, hacerlos casi nuevos. Salir del centro para dirigirnos a Lovadina nos llevó dar rueda y llegar al mismo punto varias veces. Al final enfilamos raudos por la vía Manin que nos fue sacando del pueblo. En una de esas calles periféricas, de casas modestas y solares yermos, pasamos frente a una iglesita que no veía pintura ni conservación desde finales del XIX. En la punta del frontispicio, un santo (cuál?) enmohecido y faltándole el brazo derecho, miraba hacia la dirección de donde veníamos. ©VCAweg2012

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