No lejos del edificio que alberga el Municipio, y
sobre un verdísimo prado se levanta, en la vía Marconi, la iglesia parroquial
de Sernaglia, Santa María Assunta. Dos columnas señalan la entrada al predio,
que lleva directo a la hermosa torre campanario, espigada al cielo, toda de
ladrillos, como tantas otras, el
basamento y su entrada dan la idea de un monumento funerario. Reloj encastrado
debajo del arco ciego justo debajo del campanario, y encima, la pieza que
soporta la aguja, rodeada de una baranda compuesta de balaustres insertados
entre las pequeñas columnas. Imaginé que desde allí, puede apreciarse toda la
llanura que rodea al pueblo. Santa María Assunta tiene una factura
arquitectónica que la diferencia de tantas otras iglesias que hemos visto en el
camino y los pueblos atravesados. La fachada presume de sus trazos geométricos
donde se impone el rojo marrón sobre el amarillo. Un ojo de buey con vitral
trona sobre la fachada debajo del frontispicio, cuyo alero protege un fresco
pintado en su espacio triangular. Numerosas ventanas estrechas y en arco, dos
en el muro frontal de la iglesia, y poco más de una docena de claraboyas
redondas con vitrales, en los laterales y en el ábside, le ofrecen a la nave
toda la luz que absorbe el edificio. La iglesia estaba cerrada. Su pórtico está
guarecido por un por un frontón estrecho a semejanza de un portal sostenido por
dos columnas. Era hora de buscar una calle que nos sacara de Sernaglia, y Roma
era nuestra rosa náutica. ©VCAweg2012
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire