Calles nombradas Garibaldi hay en todos los pueblos
y ciudades de Italia, y por Garibaldi comenzamos a dejar Susegana. Llegados a
una rotonda, volvimos a esos momentos de indecisión, bajamos de las bicicletas,
justo al lado de un oratorio. Por entre
las rejas que protegen al nicho, descubrí a la Virgen, el Niño en sus brazos, y
sentí su mirada noble, demasiado azul, pero irradiando luz. A dónde vamos María?,
le pregunté sin burla, y un escalofrío me recorrió el cuerpo. Allez, continuons
par Garibaldi! La brisa movía los maizales y ese olor a maíz seco nos siguió
casi hasta la entrada de Santa Lucía. ©VCAweg2012
mardi 18 septembre 2012
Camino a Santa Lucía di Piave
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