Por qué una vuelta tan complicada para llegar al centro de Sernaglia? Habría que preguntarle al lugarteniente Wakim. Pregúntenme a mi el por qué llegar a Sernaglia. Quizás sea esa obsesión por el santo montpelliérain del que llevo años preparando un “beau livre”. A la salida de Fontigo tomamos la carretera provincial y por un atajo a la izquierda nos incorporamos a una calle rural que nos llevó, nada más y nada menos que a Roma, una suerte de eje central del pueblo. Pedaleamos directamente hasta la plaza San Rocco. La iglesia, de factura sencilla, con cuatro pilastras decorativas sosteniendo friso, cornisa y frontispicio, idéntico éste al frontón de la puerta de entrada. Nave alargada con la torre campanario adosado al ábside, la iglesia cerrada a esa hora de la mañana: 10 y 30 en punto. Hora justa para un café apurado apoyado sobre un mostrador, y cuando ya nos íbamos por el café, apareció un ángel que nos abrió la puerta lateral de la iglesia, y así pudimos apreciar su interior. Hubiera sido una pena no haber visto la hermosa talla en madera de San Roque. También sencilla la iglesia en su interior, como su artesonado y el sagrario. ©VCAweg2012
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