Cruzamos
el río hacia Nave San Felice que es una “frazione” di Lavis. La agricultura
hace fecundo al valle, y en el valle, además de las pequeñas localidades,
florecen los “masos”, un maso es una alquería, una granja, una “ferme” en
francés, que en el sur se denominan “mas” y también “masade” en occitan.
Atravesamos el Maso Callianer, granja por donde pasa la pista ciclable y la
calzada romana. Tomamos la ciclovía, siempre en la comuna de Lavis, y dando
rueda llegamos a Zambana, que solo bordearemos, pues en lugar de entrar a la
localidad, pasamos por debajo de la A22, que lleva a la ciudad de Trento.
Nosotros continuamos por la ciclovía, pedaleando como si el tiempo estuviera a
nuestro favor, digo tiempo, y digo viento también a nuestro favor, porque al
pasar el moderno puente sobre el Adige, construido para la Circonvallazione
Nuova, un viento húmedo nos enfría la espalda. A esta altura, las aguas del río
Noce vierten en el Adige, el Adige ensancha un poco y una profusión de verdes
húmedos aparece como guardianes de los campos cultivados. No voy a negar que no
solamente pedaleáramos en terreno desconocido, sino, por parajes que pueden
convertirse en intransitables. El curso del Adige no permite contar las
pulsaciones del corazón. Perdidos?, y todavía falta media hora para el
mediodía! Noooo, la pista dobla a la izquierda, e inmediatamente vuelve a
tornar a la izquierda, rodamos ahora al norte, un giro a la derecha, pasamos
por debajo de las dos grandes carreteras (la nueva circunvalación y la
autopista), bordeamos la A22 como si fuéramos a Trento (en realidad, hacia Trento
íbamos, pero por otros atajos!) y descubrimos que entrábamos en un área
protegida, el Biotopo Foci dell’Avisio, un territorio en forma de quilla donde
el Avisio, empedrado y escaso de agua, se convierte en meandros boscosos que
van surtiendo tímidamente al gran Adige. ©VCAweg2012
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