mercredi 19 septembre 2012

Apuntes sentado en un bar trevisano…


…escuchando el golpeteo de la lluvia queriendo lavar los adoquines de la vía Carlo Alberto. Treviso es altiva. Transpira historia, religiosidad y soberbia. Es hermosa, y con luz, esa luz que reflejan las aguas de sus cagnanis. Presume de rica y lo presume bien. Afuera, el goteo interminable. Adentro, sorbo a sorbo bebo mi prosecco, y escribo esta nota para cerrar con satisfacción esta pausa en el camino. Trevisanas y trevisanos, todos hacen uso de la bicicleta, eso no les impide ser elegantes, y pedalear relajados por las estrechas calles del centro y por los alrededores. Monjas octogenarias caminan presurosas entre dos lloviznasos. No es una ciudad de ensueño, pero me hace soñar recordando la devanture roja del cine Edison, los portales iluminados, las bicicletas recostadas en cualquier esquina de una plaza, la elegancia de sus mujeres, las ventanas renacentistas y la majestuosa Porta San Thomaso, el león rugiendo sobre nuestras cabezas.  ©VCAweg2012

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