Calmaggiore, toda adoquinada, se extiende entre la piazza dei Signori y la piazza del Duomo, y es la calle principal del viejo Treviso, una arteria que no ha perdido su encanto de arcadas y columnas que transportan al medioevo, los pasillos con techos de puntal bajo y encima los edificios proclamando cada uno su historia en la evoución urbana y arquitectónica de la ciudad. Arteria comercial donde se codean bazares, farmacias, quincallas y boutiques chics, mezcla de tradiciones italianas y de la globalización omnipresente. ©VCAweg2012
Gracias, Carlos, por este viaje. Si no es por ti, sé que moriría sin haber conocido estos lugares. Calmaggiore, por cierto, se parece a algunas calles de la parte antigua de València. Y de La Habana. Pura magia.
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RépondreSupprimerAbel, a veces nos encontramos, no solo La Habana, también otros pueblos y ciudades de la Isla, en los lugares y sitios que menos imaginamos. Como tú dices, pura magia, y la magia está en los ojos con los que miremos y escudriñemos esos lugares. Ha sido una constante en mi pedaleo y camineteo por este mundo que se nos está achicando. Visiones de ese tipo tuve en Valencia, en Cádiz, en Las Palmas de Gran Canaria, en el pequeño pueblo de Haria en Lanzarote, y hasta en apacibles calles de Budapest, invisibles a los turistas…
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