samedi 22 septembre 2012

Venecia también recuerda a los caídos en las guerras


Mientras pedaleo por el Ponte della Libertà, a la mitad de sus casi cuatro kilómetros, descubro un sencillo monumento. Una columna lisa sobre un pedestal con una inscripción recordatorio, la guerra, no me cabe duda. Dos viejos cañones y dos ramas, olivo y laurel, enlazadas y situadas sobre la columna. Este puente que se llamara Ponte Littorio fue construido entre 1931 y 1933. Terminada la IIGM, fue rebautizado de la Libertad para honorar la liberación contra el nazismo y los fascistas. Venecia, al final del puente, y dormidos sobre la laguna, San Giuliano, Campalto y San Secondo, islitas o islotes, que como siempre me hacen pensar en aquella otra, la de palmas y ceibas. Pensar en los mortíferos años de guerra se ha convertido en una obsesión que me persigue, y que yo exorcizo contemplando los monumentos a los caídos. No faltan en los barrios denominados sestieri, tarjas y sencillos monumentos que recuerdan a los caídos en la Grande Guerra (1914-1918), y en la no menos cruel segunda guerra mundial (1939-1945). Estamos en septiembre del 2012. Una terminó hace noventa y cuatro años, la segunda hace sesenta y siete años. El tiempo pasado no puede empujarnos al olvido, porque de locos falsos guerreros está lleno el mundo. ©VCAweg2012

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