vendredi 21 septembre 2012

Venecia (Ponte della Libertà)

Estando en Altino, la brisa esparcía el olor salitroso de la laguna. Por esos lares estábamos a proximidad de Venecia. Aviones despegando o aterrizando cada dos minutos dejaban una estela blanca en el cielo. La Gitane y la Gazelle, dando lo mejor en su ya cansado rodar sabían que pronto descansarían. El camino desde Donauwörth hasta Altino estaba terminado. Habíamos vencido los 720 kilómetros rodando por la romana calzada construida por Druso, hijo adoptivo de Augusto, y ampliada y terminada por Claudio, hijo de Druso. Pero el periplo tenía como meta Venecia. Zafar las alforjas para visitar la ciudad, fue un alivio tremendo para las bicicletas y para nosotros. El pedaleo sería solamente la ida y la vuelta entre el hotel de Mestre y un parqueo de ciclos frente al hotel Santa Chiara, y cuyo tramo más sorprendente es el Ponte della Libertà. La tarde del viernes y todo el sábado serían para redescubrir y descubrir callejuelas, puentes y canales. Sería impertinente atiborrar este final de un si hermoso camino, mostrando una ciudad que medio mundo conoce. Me limitaré a deambular sin nada fijo en mis intenciones. ©VCAweg2012

1 commentaire:

  1. Que hayas renunciado a la tentación de escribir lo que "medio mundo conoce" de Venecia, indica la finura de tu olfato de escritor. Mejor, más sugerente, ese "deambular sin nada fijo en mis intenciones", sin duda.

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